Donde tu quieras residirá la incoherencia...
El Loco.
Los puros de corazón que no entienden de maldad, ¿cómo iban
a palpar ese sentir que jamás tomaron como algo suyo?, ¿Cómo lograrían
descifrar los desaires de aquellos que les rodeaban?, ¿De qué modo aceptarían que
también los hay de interior oscuro? ¡Si siendo viejos son aun niños¡.
Parecen vivir en una eterna infancia, en una infinita niñez.
Dentro de su cuerpo ya adulto, cautivo se halla aquel niño que nunca morirá,
aquel chiquillo de manos pequeñas capaces de abarcar un mundo entero, y ahora
surcadas por arrugas bien aradas, con menos de medio metro sus piernas y que
corre como cabra por el monte, hoy por hoy atrofiadas por el desdén de caminos monótonos,
de piel pulida cual diamante, y ahora curtida por los vendavales arenosos que
los azotaban con la realidad… Pero su mirada picara, cristalina, lucida, que
deja ver lo que un día fue y que jamás dejará de ser, cuando recurro a la
mirada de esas personas siempre hay un denominador común, sus ojos, reveladores
de un interior ajeno a la monstruosidad del ser humano. Son aquellas personas
las que tanto admiro, aquellas que nacieron siendo puras de corazón y se
despidieron del mundo sin dejar de serlo. Apremiaban las tempestades como
pruebas de la vida. Guardaban en una cajita en lo más profundo de su ser las grandes alegrías que les ofrecían sus
andares por arduos caminos para no olvidarlas y apoyarse en ellas en momentos de angustia. Amaban hasta saciarse del cuerpo que les hacia
enloquecer. Nacieron y morirán siendo buenas, pues siempre escaparon de los
sentimientos oscuros, jamás sucumbieron a las garras del poder, nunca cedieron
a la deshonra de su propio ser, se forjaron solos ya que nadie tenía algo que
ofrecerles más allá de la misma mugre
que tantas veces habían visto y en absoluto quisieron poseer, son y serán almas
puras y libres, imposibles de domar, imposibles de aplacar, imposibles de
encerrar ya que en el mas mínimo zulo encontraran la razón para encontrarse a
si mismos y concluir en que eso les hará únicamente mas fuertes. Son vírgenes de corazón, ya que solo lo utilizaron para amar, y puros de mente ya que solo la utilizaron para crecer, son libres de alma ya que solo la utilizaron para entregarse a quien les necesitaba.
El Cuerdo.
Yo solo digo que las personas buenas, dejaron de serlo en el
mismo preciso instante en que salieron del cuerpo de su madre, desde ese
momento, ya se encarga la vida de hacerles crueles, malvados, ácidos, agrios,
amargos, egoístas y egocéntricos, hoy por mi y mañana por mi, les hace mirar
hacia otro lado ante las desgracias ajenas y las utilizan como carroña, rehuyen de prestar ayuda y sacian su vacío con el ahogo del prójimo. Esa es mi razón de la
bondad y solo digo una cosa:
¡ojala!, los hubiese más locos de
corazón.